“Si se ora a causa de los beneficios que se espera alcanzar con la oración, se corre el riesgo de desanimarse cualquier día. Esos beneficios no son inmediatos ni medibles. Si se ora en una actitud de humilde sumisión a la palabra de Dios, se tendrá siempre la gracia de perseverar”.

(Jacques Philippe, “La oración, camino de amor”)