La voluntad de no envejecer, de no aceptar la edad que se tiene. Se buscan afanosamente los modos de aparecer joven. Hoy los que circulan por las calles parecen todos jóvenes, pero no poco son simplemente unos rejuvenecidos. A parte de otras consideraciones, estos corren un peligro, porque el medio principal de comprobar la juventud es sentir que sigue atrayendo al otro sexo y, entonces, pone medios para sentirse capaz de seguir atrayendo. Por este camino se puede llegar a situaciones delicadas y, sobre todo, a fabricarse un nudo interior, afectivo y vanidoso difícil de desenredar.

(Luis María Mendizábal, Dirección espiritual)