Nació en el año 841 en el reino de Estanglia (en el actual Reino Unido). Recibió la corona de manos de su hermano con 14 años. El nuevo rey gobierna con dotada sabiduría. Pero se inician incursiones piratas que siembran el pánico en la población, saqueando pueblos y, más fácil, monasterios y templos como el de Coldinghan, donde la abadesa santa Ebba fue degollada con todas sus monjas. Edmundo reúne como puede un pequeño ejército para hacer frente a tanta destrucción pero no quiere pérdidas de vidas inútiles de sus súbditos ni desea provocar la condenación de sus enemigos muertos en la batalla. Prefiere esconderse hasta que, descubierto, rechaza las condiciones de rendición por atentar contra la religión y contra el bien de su gente. Edmundo será torturado hasta la muerte siendo, por cierto, el último rey de Estanglia. Sus reliquias se conservaron en Bury Saint Edmunds, en West Sufflok (Reino Unido), donde en el año 1020 se fundó una gran abadía.