ORAR CON POETAS 1. DEL DESEO DE DIOS Y DE LA RELACIÓN CON ÉL CÁNTICO DEL HERMANO SOL SAN FRANCISCO DE ASÍS 1182-1226

¡Altísimo Señor, Omnipotente ! Sean tuyos la gloria, los loores y toda bendición. Sólo a ti corresponden y hombre alguno es digno de nombrarte. Loado, mi Señor, seas por todas las criaturas; sobre todas ellas por mi señor hermano el Sol. Con su lumbre y su luz nos das el día.

¡Cuán bello es y esplendoroso! El lleva tu representación, ¡ oh Dios Altísimo !

Por el hermano Viento; por el Aire, la Nube y las Estrellas y por la hermana Luna seas loado, mi Señor, que bellas y claras cosas en el cielo hiciste. Loado seas siempre, mi señor, por el hermano Viento y por el Aire, y el Sereno, el Nublado y todo tiempo.

Con ellos sostenéis las criaturas. Loado seas por la hermana Agua, tan útil, tan humilde, tan preciosa, tan casta. Loado seas siempre, mi Señor, por el hermano Fuego. Con él la noche alumbras, y es robusto, y es bello, y es alegre, y es fuerte. Loado seas, mi Señor, por nuestra madre y hermana Tierra, porque ella nos gobierna y nos mantiene, nos da frutos diversos y flores de color y verde hierba.

Sé, mi Señor, loado por aquellos que por tu Amor perdonan, que pacientes sufren tribulaciones y dolores. Y bienaventurados los que en paz se mantienen, porque un día, ¡ oh Altísimo !, por ti serán premiados. Loado, mi Señor, seas por ella, nuestra hermana la Muerte corporal, de la cual ningún hombre podrá escapar jamás.

¡ Y ay de aquellos que mueran en pecado mortal ! Y bienaventurado el que la encuentre viviendo en m divina voluntad, que la segunda muerte contra ellos no prevalecerá.

¡ Load y bendecid a mi Señor, dadle gracias, servidle con humildad !

¡OH HERMOSURA QUE EXCEDEIS….! SANTA TERESA DE JESÚS (1577) 1515-1582

¡Oh hermosura que excedéis a todas las hermosuras! ¡Sin herir dolor hacéis, y sin dolor deshacéis el amor de las criaturas! ¡Oh nudo que así juntáis dos cosas tan desiguales, no sé por qué os desatáis, pues atado fuerza dais a tener por bien los males! Juntáis quien no tiene ser con el Ser que no se acaba; sin acabar acabáis, sin tener que amar amáis, engrandecéis nuestra nada.

EXPOSICIÓN SOBRE EL SALMO LXXXVIII PEDRO MALON DE ECHAIDE 1588

¿Por dó comenzaré, bondad inmensa, este mar de mercedes que me diste, pues es el comenzalle hacerte ofensa, siendo infinito lo que en mí hiciste? Yerra por cierto quien contallo piensa. ¿Pues callaré? No, no, que amor resiste, y dice el alma: puesto que no hay cabo, Misericordias Domini cantabo…

¿ Hicísteme a tu imagen o grandeza, no dicha de los Ángeles del Cielo: en tan baxo sujeto tanta alteza? ¿de Cielo el alma?, ¿el cuerpo de vil suelo? ¿Qué es posible, que pudo tu destreza engastar un espíritu en tal velo? Así cuando mi alma más dormida, de Ti y de sí olvidada, en su carrera corría a rienda suelta, a do la vida de cuerpo y alma junta se perdiera, diste un grito: ¿dó vas, alma perdida? Detente, vuelve a mí, espérate, espera, que no te hice yo para el Infierno, sino para gozar de un bien eterno.

¿Por qué dejas la fuente de agua clara, y bebes de la turbia agua de Egipto? ¿De balsas cenagosas, alma cara, gustas, dexando a mí mar infinito? En esas beberás la muerte avara, en las mías un bien, que no está escrito, y una fuente tendrás en ti escondida, que llegará hasta darte eterna vida. Dixiste así, y en ese punto el Cielo se rompió, y una luz alegre y pura desbarató de mi tiniebla el velo, y ahuyentando mi noche negra escura, el rayo de tu amor deshizo el hielo, que en mi pecho causó mi desventura, cesó el curso mortal, y paré luego, escapando por Ti de eterno fuego. Ya soy tuyo, mi Dios, ya Tú eres mío, ya yo te me di a Ti y Tú te me diste, y en tu bondad ¡oh Rey de gloria!, fío, que no me veré ya en estado triste; ya del invierno se ha pasado el frío, la primavera alegre es quien me viste, y el alma de mil flores hermosea, que en solo arder y amarte a Ti se emplea.

Ven pues, amado mío, que las flores de mil colores pintan la ribera, la tortolilla llama a sus amores, y nuestras viñas dan la flor primera: no sientes ya (mi amado) los olores de las silvestres hierbas. Sal pues fuera, vámonos a la aldea y cogeremos las rosas y azucenas que querremos. Allí cuando el jardín del rico Oriente abra la clara aurora, y enfrenando los caballos del Sol, saque el luciente carro, Tú y yo, mi amigo, madrugando saldremos a la huerta, a do ardiente siesta, en alguna fuente conversando, la pasaremos baxo algún aliso, y no habrá para mí más paraíso. Y cuando el rubio Apolo ya cansado los sudados caballos zambullere en el Hispano mar y algún delgado céfiro entre las ramas rebullere, y el dulce ruiseñor del nido amado al aire con querellas le rompiere, entonces mano a mano nos iremos, cantando del amor que nos tenemos.

Allí me enseñarás, ¡oh dulce Esposo!, allí me gozaré a solas contigo, allí en aquel silencio alto reposo tendré, mi amado, en verte allí conmigo, allí en fuego de amor (¡oh más hermoso que el Sol!) me abrasaré; y serás testigo de que te amo así, que por Ti solo el día me es oscuro, y negro Apolo. Allí te alabaré, y en dulce canto cantaré las grandezas que me has hecho, y contaré cómo tu brazo santo con celestial poder rompió mi pecho, y me libró del reino del espanto, movido por amor de mi provecho; y será de mi canto el fin y cabo, Misericordias Domini cantabo.

QUEJAS DEL AMOR MÍSTICO (fragmento) Fray PEDRO MALÓN DE CHAIDE (1589 (…)

¿Por qué, mi bien, te escondes? Vuelve a mí que te llamo y te deseo; mas ¡ay!, que no respondes, y como no te veo, el día me es obscuro y el sol feo. (…) ¡Oh ángeles!: si veis mi dulce Amado, (…) contadle paso a paso el fuego en que me abraso, que nace de su ausencia, y sola su presencia puede curar mi mal; que no me huya, si no quiere que el alma se destruya.

COLOQUIO ENTRE EL HOMBRE Y DIOS EN SU NACIMIENTO ALONSO DE LEDESMA 1601 HOMBRE.

Conozco Señor de vos que soys hombre, y que soys Dios, y ver a vn hombre llorar, y a Dios eterno morir, digo que es para reyr. DIOS. Yo conozco hombre de vos que soys retrato de Dios, y quien nacio para el cielo, no le ven yr a gozar, digo que es para llorar. HOMBRE. Ver prender al acreedor y dar por libre al culpado, condenar al agrauiado y premiar al agressor, sangrarse el mismo Doctor, y por curarnos morir, digo, que es para reyr. DIOS. Hallar el hombre riqueza, el preso su libertad, el enfermo sanidad, honra la misma baxeza, y llegar con tal tibieza a enriquecer, y a sanar, digo, que es para llorar. HOMBRE. Si llorays porque yo ria, y porque viua moris, quanto mas penas sufris me causays mas alegria, y assi en veros gloria mia nacer, penar, y morir, digo, que es para reyr. DIOS. Si el agua destas dos fuentes para darte baño es, porque passa como ves por minerales ardientes, y si en estas dos corrientes tus culpas se han de anegar digo, que es para llorar. (Conceptos espirituales y morales [Madrid 1601]).

EL BUEN PASTOR LOPE DE VEGA 1562-1635

Pastor, que con tus silbos amorosos me despertaste del profundo sueño; tú, que hiciste cayado de ese leño en que tiendes los brazos poderosos, vuelve los ojos a mi fe piadosos, pues te confieso por mi amor y dueño, y la palabra de seguir te empeño tus dulces silbos y tus pies hermosos. Oye, Pastor, pues por amores mueres, no te espante el rigor de mis pecados, pues tan amigo de rendido eres; espera, pues, y escucha mis cuidados; pero ¿cómo te digo que me esperes, si estás para esperar los pies clavados?