Querido Papá,

Esta Navidad, mi corazón se llena de nostalgia y amor al recordarte. El espíritu festivo se entremezcla con un profundo anhelo de tenerte a mi lado una vez más.

Cada adorno, cada luz brillante, me transporta a los momentos felices que pasamos juntos. Extraño tus abrazos cálidos y tu sabiduría reconfortante en esta época del año.

Las festividades nunca han sido las mismas desde que te fuiste. Tu ausencia se siente más aguda en estos días llenos de tradición y familia. Anhelo poder escuchar tus consejos sabios y tu risa contagiosa que llenaba la casa de alegría.

Aunque ya no estés físicamente con nosotros, tu presencia perdura en cada recuerdo precioso que compartimos. Cada enseñanza, cada gesto de amor, sigue vivo en mi corazón y me guía en estos momentos de nostalgia.

Esta Navidad, te extraño profundamente, pero celebro el regalo de haberte tenido como mi padre. Tu legado de amor, bondad y fortaleza vive en cada uno de nosotros.

Si pudiera decirte una última vez cuánto te amo y cuánto significas para mí, lo haría en un abrir y cerrar de ojos.

Con amor eterno.