«De todos modos ya es un fracaso vuestro que haya pleitos entre vosotros. ¿Por qué no preferís sufrir la injusticia? ¿Por qué no preferís ser despojados?

Al contrario, sois vosotros los que hacéis injusticias y despojáis, y precisamente a vuestros hermanos.

¿Acaso no sabéis que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maledicientes, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios».

(1 Cor, 6, 7-9)