VIRUTAS DE MADERA PRECIOSA:
Bendito seas Señor, por tu infinita bondad.
           Porque pones con amor, sobre espinas de dolor, rosas de conformidad.
Hace ya algún tiempo una señora lévalo a una amiga para pedirle un consejo: 
“Mira, quería preguntarte qué puedo hacer porque mi niña de seis años ha estado rezando para que nieve en nuestra ciudad. Y parece que eso es verdaderamente difícil en esta ciudad. Hace cien años cayó una pequeña nevada y fue algo verdaderamente insólito. ¿Cómo le explico que hay cosas que aunque se las pida a Dios son imposibles de que sucedan sin que por ello se vea dañada su fe en Dios?”
 Y la amiga le contestó: “Déjala que siga pidiendo eso y dale tiempo. Con los días o se le olvidará o cambiará el tema de su oración convenciéndose de queso no sucederá por ahora” 
La mama de la niña también comentó que la niña decía Dios en su oración que si no hacía que nevará en esa ciudad porque era difícil, hiciera que su familia tuviera que ir a vivir a una ciudad donde si fuera fácil. 
Además quería una hermanita, un perrito y una casa propia, nada más.
 A los 5 días de esa llamada cayó una fuerte nevada en esa ciudad. Sobra decir que todo lo que pidió se le concedió.
 Martha Angélica     
ANÉCDOTA DEL PODER DE LA ORACIÓN DE LOS NIÑOS