«El sufí es como un borracho, pero no bebe vino. Está saciado sin haber comido. Es comparable a un rey, pero va vestido de harapos. Se parece a un tesoro que está escondido debajo de escombros y es poseedor de cien soles, estrellas y lunas. El sufí conoce la verdad universal que no se aprende en los libros». La Sabiduría Sufí recorre extraños caminos que conducen a una única meta y si hubiera que buscar una palabra que definiera al Sufismo, sin duda esta sería «Corazón». Estos sabios del Islam, entendido como sumisión a la voluntad divina y no a las autoridades humanas y temporales, buscan la sabiduría en el humor y en la paradoja, en el amor y en la sorpresa continua del espíritu. Las sencillas palabras de los sufís, aplicables tanto a la vida material como a la del espíritu, son como la llave que abre un arcón de tesoros antiguos, inefables e indescriptibles.