En este pequeño relato Cortázar da vida a las gotas de lluvia. Desde los goterones que caen de las fachadas a las pequeñas gotitas que se suicidan en los ventanales. La ilustración de Elena Odriozola le da una dimensión nueva al relato. Añadiendo a la historia dos personajes, testigos de la fugacidad de las gotas de lluvia.
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