Resultados de la búsqueda para: Antón Chéjov





ANTÓN CHÉJOV . VIDA A TRAVÉS DE LAS LETRAS (GINZBURG, NATALIA)
Con su intuición de las constelaciones familiares y de las pasiones calladas, Natalia Ginzburg narra la vida breve de Antón Chéjov (1860-1904), desde su juventud en Taganrog y sus primeros años en Moscú, los inicios como escritor humorístico y su trabajo como médico rural, hasta su viaje al campo de Sajalín, sus primeros éxitos como autor teatral, la enfermedad, los últimos años en Yalta y la muerte prematura en Badenweiler. En este hermoso libro, como si se tratara de uno de aquellos azares del destino, la escritora italiana consigue de manera asombrosa ese tono que el retratado dominaba de manera magistral, y nos ofrece un pequeño pero hermoso bocado de quien fue, es y será siempre uno de los mejores retratistas del alma humana.

CUENTOS RUSOS (ANTON CHÉJOV / PINO (CUBANO), FRANCISCO)
Chéjov, que se jactaba de no emplear más de veinticuatro horas en escribir una historia, que nunca llegó a terminar una sola novela, es reconocido universalmente como uno de los más influyentes escritores rusos. Gran conocedor de su país, llenó sus obras con tipos de todas las clases sociales.

LOS CAMPESINOS (CHÉJOV, ANTÓN CHÉJOV)
Leer a Chejov es leer al ser humano, sus sueños, sus desvelos, sus angustias...; en suma, leer la existencia. Dueño de un original credo estetico, es en la narrativa breve donde el ruso universal despliega la excepcional maestria de su obra. En Los camp

CUENTOS IMPRESCINDIBLES . EDICIÓN Y PRÓLOGO DE RICHARD FORD (ANTÓN CHÉJOV)
El escritor norteamericano Richard Ford, responsable de la selección de estos Cuentos imprescindibles de Chéjov -entre los que se encuentran piezas maestras como La dama del perrito, El pabellón número 6 o La grosella-, resume así en el prólogo la fascinación que el maestro indiscutible del relato breve sigue ejerciendo en los lectores: "La razón por la que nos gusta tanto Chéjov, ahora al final de nuestro siglo, es que sus relatos del fin de siglo anterior nos parecen muy modernos, se ajustan mucho a nuestro tiempo y a nuestra mentalidad. Sus meticulosas anatomías de los complejos impulsos y reacciones humanos, su concepción de lo que es gracioso y patético, su lúcida atención a la vida tal como es vivida... todo ello se corresponde de algún modo con nuestra experiencia. Tenemos la sensación de que sus relatos podrían escribirse hoy en día, publicarse en The New Yorker, y leerse con placer y avidez por su perspicacia, sin modificaciones ni notas a pie de página para explicar la época o la procedencia extranjera."