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LEYENDAS DE LA NOVIA DEL VIENTO . LEONORA CARRINGTON ESCRITORA (ANDRADE, LOURDES)
La obra escrita de la pintora surrealista Leonora Carrington está poblada por seres de naturaleza híbrida. Este libro gira en torno a estos seres y a otras obsesiones literarias de la pintora. En sus páginas, Lourdes Andrade establece un diálogo con los monstruos. Se escuchan gritos, relinchos, cantos, voces que resultan un eco de las vidas que susurran en nuestro interior.

HECHICERAS . UN VIAJE A LA VIDA Y LA OBRA DE REMEDIOS VARO Y LEONORA CARRINGTON (CABALLERO GUIRAL, JUNCAL)
Remedios Varo y Leonora Carrington establecieron una relación muy especial con el mundo, con el surrealismo y entre sí, y ello conformará su espíritu y su obra. Una obra que bebe de la mágica fuente de la imaginación. La paciente pincelada de ambas es el vehículo que nos acercará a sus intereses, y los colores que utilizan, terrosos en ocasiones y vivos en otros, nos devuelven, cada vez que ellas quieren, a un mundo de misterios que se nos desvelan en la significación de los títulos. Remedios y Leonora nos muestran la vivacidad, la fuerza de la magia, de la alquimia, de las leyendas. Ambas mujeres nos acercan a lo mejor del arte, a ese hilo invisible, inenarrable, que facilita la comunicación del artista con el espectador o la espectadora.

LEONORA CARRINGTON . UNA VIDA SURREALISTA (MOORHEAD, JOANNA)
Pintora y escritora extraordinaria, pionera del surrealismo y figura crucial del arte del último siglo, Leonora Carrington tuvo una vida siempre a contracorriente, tan surrealista como su pintura. Nació en Inglaterra en una familia acomodada, de la que se fugó con apenas veinte años, y pasó temporadas en Francia, España y Portugal antes de embarcarse, junto con gran parte de su generación artística europea, rumbo a América, donde encontró una nueva vida. Una vida que, como las de Max Ernst, Marcel Duchamp, Frida Kahlo o Peggy Guggenheim, recorre gran parte de los avatares políticos y artísticos del siglo xx. Esta es su biografía más personal, escrita por su prima Joanna Moorhead, periodista inglesa que se enteró, ya de adulta, de que la famosa Leonora Carrington era familiar suya, y la acompañó durante sus últimos años.

LECHE DEL SUEÑO (CARRINGTON, LEONORA)
El niño Juan tenía alas en lugar de orejas, al niño Jorge le gustaba comer la pared de su cuarto. Por las calles de Chihuahua se pasea Chavela Ortiz, el monstruo de seis patas. Éstos son algunos de los habitantes de Leche del sueño, la libreta en la que la artista plástica y escritora surrealista Leonora Carrington plasmó sus visiones más íntimas y entrañables: los cuentos que imaginaba para contarlos a sus hijos, presentados por primera vez al público en una edición facsimilar que conserva intacta la poesía visual de los textos y dibujos originales.

LECHE DEL SUEÑO . (ADAPTACIÓN INFANTIL) (CARRINGTON, LEONORA)
El niño Juan tenía alas en lugar de orejas, al niño Jorge le gustaba comer la pared de su cuarto. Por las calles de Chihuahua se pasea Chavela Ortiz, el monstruo de seis patas. Éstos son algunos de los habitantes de Leche del sueño, la libreta en la que la artista plástica y escritora surrealista Leonora Carrington plasmó sus visiones más íntimas y entrañables: los cuentos que imaginaba para contarlos a sus hijos, presentados por primera vez al público en una edición facsimilar que conserva intacta la poesía visual de los textos y dibujos originales.

MEMORIAS DE ABAJO (CARRINGTON, LEONORA)
En 1937, cuando apenas tenía veinte años y estudiaba en Londres, Leonora Carrington conoció a Max Ernst, se fugó con él a Francia y entró en contacto con los círculos surrealistas de París. Dos años después, en 1940, Max fue declarado enemigo del régimen de Vichy y trasladado a un campo de concentración. Leonora, con evidentes signos de trastorno psicológico, se vio obligada a huir a España, donde, por mediación de su padre, fue ingresada en un sanatorio de Santander. Memorias de abajo, escrito originariamente en francés en 1943, es el recuerdo, en forma de dietario, de aquellos días de confinamiento en que Leonora fue asediada no solo por sus propios delirios, sino también por los métodos poco ortodoxos de su médico, el sádico doctor Morales. Un calvario descrito con una precisión sorprendente, sin rastro de autocompasión, por quien ha sido consciente de su descenso al abismo de la locura, de su recuperación, y de cómo los estratos más hondos del subconsciente pueden ser un material válido en la práctica artística.