La superación es ese proceso interior que se produce sin apenas percatarnos, en el que un día sin más la Vida se convierte en una experiencia más serena, más dulce, más plena. No obstante, este proceso no es gratuito, tras esa experiencia, aparentemente espontánea, está todo el trabajo que hemos realizado antes. No es que la «edad», como vulgarmente se suele decir, haga que veamos las cosas con más calma, pues la «edad» física nada tiene que ver con la «edad» del alma. Ni hacernos mayores hace que seamos más sabios, por el mero hecho de haber acumulado más vivencias. Es el trabajo interior de todos los días, la toma de conciencia de cada una de nuestras acciones, nuestro pensamiento positivo, nuestra aportación diaria al Universo, nuestro propósito, lo que hace que nos superemos.