Este relato autobiográfico, escrito a la sombra de una celda de la cárcel de Kenitra, donde el autor pasó más de trece años, nos conduce por una infancia tetuaní en la que brilla con especial intensidad la cálida figura de su madre, una mujer española casada con un marroquí, antiguo combatiente de la guerra civil española y afiliado a la Falange. Nos desvela sus años de aprendizaje, el despertar de su cuerpo, las tristezas y alegrías de una vida rayana siempre en la pobreza. Con él asistimos a ese otro «mayo» marroquí del 68: su época de estudiante y de militancia política, su detención y «desaparición» durante siete largos meses en el centro de detención y tortura clandestino Derb Moulay Cherif, y su posterior encarcelamiento tras una mascarada de juicio. Todo ello escrito en una prosa clara y sobria, incluso cuando pone palabras a lo indecible.