A la pregunta de quién haya podido ser el hombre más significativo del pasado siglo, el hombre del siglo XX, es abrumador el número de per­sonas que responden pronunciando el nombre de Albert Einstein, el genial físico alemán que concibió la teoría de la relatividad. Einstein fue, claramente, un genio de la física, no de la filosofía. Pero sus hallazgos nos obligaron a introducir cambios fundamentales en nuestra concepción del mundo, entre ellos la alteración de nuestros conceptos de espacio y tiempo, y de ahí que tuvieran honda repercusión filosófica. Bertrand Russell escribió el " ABC de la relatividad " en la época en que la fama y el prestigio mediático de Einstein habían alcanzado su " climax " . Con él quiso poner al alcance del hombre de la calle un conocimiento no trivial de la más profunda revolución científica del siglo XX. Desde su publicación en 1925 se ha considerado este clásico abecedario relativista más recomendable que el alud de insípidas y muchas ve­ces indocumentadas vulgarizaciones de la teoría de la relatividad que se han venido publicando después año tras año.