«Error, inmenso error», así calificaron muchos la decisión del Rey Don Juan Carlos de nombrar Presidente del Gobierno a Adolfo Suárez en junio de 1976. Una decisión que, pese a los malos augurios, supuso un cambio de rumbo decisivo para el futuro de España y con la que daba comienzo la Transición.Javier González de Vega, amigo de Adolfo Suárez, además de su Jefe de Protocolo en aquellos años, desvela en este diario una época clave de España a través de la actuación del Suárez más humano, espontáneo y desconocido para el público.