Unos la llamaban el «ángel del Vaticano»; otros, el «feldweber», el cabo. En realidad, fue una humilde religiosa que dedicó su vida, con entera abnegación, al servicio de Pío XII. Nació Sor M. Pascalina Lehnert en 1894 en Ebersberg, población bávara cercana a Munich. Ingresó en la congregación franciscana de Hermanas de la Santa Cruz, popularmente conocidas como las «hermanas grises». Después del noviciado quiso marchar a tierras de misión en Africa, pero se lo impidió el estallido de la Primera Guerra Mundial. En 1918 fue destinada, junto con otras dos religiosas, a la Nunciatura Apostólica de Munich. Desde entonces, y a lo largo de cuarenta años, estuvo al servicio de Eugenio Pacelli, Nuncio apostólico en Alemania primero, Cardenal Secretario de Estado después y, a raíz del cónclave de marzo de 1939, Pastor Supremo de la Iglesia. Hasta la muerte de Pío XII, el 9 de octubre de 1958, Sor M. Pascalina vivió entregada a los mil cuidados de la vida doméstica como ama de llaves en las dependencias papales más reserva-das del Vaticano. No ha existido en toda la historia de la Iglesia una mujer que mejor haya conocido los secretos afanes, las cotidianas angustias y las pequeñas alegrías de un Papa. En estas páginas vierte Sor M. Pascalina los recuerdos de cuarenta años de fidelidad silenciosa. Es un relato escrito con deliciosa sencillez y naturalidad que nos permite conocer de cerca a una de las más sugestivas y admirables figuras del siglo XX.