Érase una vez una niña llamada Alicia, que se hallaba sentada a la vera del río junto a su hermana. -¡Estoy tan aburrida...! -se lamentó. En ese instante un conejo blanco pasó corriendo. -Oye, conejo, ¿adónde vas? Presa de la curiosidad, Alicia corrió tra él y cayó dentro de un túnel muy largo. De repente, Alicia aterrizó en un extraño país, lleno de fantásticos personajes.