La guerra civil fue, sin duda, la peor catástrofe colectiva soportada por la población española en el siglo XX. El hambre, la enfermedad y la muerte fueron consecuencias directas de la guerra, pero también de su inmediata posguerra. Junto a la tuberculosis o el tifus exantemático, las carencias nutricionales influyeron de manera decisiva en el estado de salud de la población. En la primera parte de esta monografía se analizan las encuestas de nutrición realizadas en el Madrid sitiado de la guerra; y, posteriormente, ya durante la posguerra, en los barrios obreros de la capital del Estado. Se examina, en este contexto, el papel desempeñado por la Fundación Rockefeller y su colaboración con la sanidad española durante los primeros años cuarenta. En la segunda parte se estudia la construcción de toda una “neurología del hambre”, a través de las descripciones de determinadas avitaminosis –como la pelagra y las neuropatías carenciales– padecidas por la población durante la guerra. Se aborda también el estudio del latirismo, enfermedad producida por la ingesta de harina de almortas ("lathyrus sativus"), que cursa con parálisis de los miembros inferiores, y que adquirió un carácter epidémico en los primeros años de la posguerra española.