Este libro estudia una de las vertientes más conlfictivas de la definición cultural de la nación española en la época contemporánea: la relación entre las ideas de España y de Castilla. Y lo hace desde la historiografía, allí donde se gesta el gran debate entre las distintas formas de interpretar la relación histórica entre lo castellano y lo español. Polémica vinculada al proceso de articulación de la monarquía y el Estado español, así como al diálogo-generalmente tenso-entre el centro y la periferia, este conjunto de ensayos desmonta muchos de los tópicos asentados en la imaginación política de nuestros días y abre nuevas perspectivas sobre un tema de gran interés y actualidad. Una materia, obviamente, que vuelve a mostrar la distancia que hay entre los hechos y cómo se cuentan, esto es, el peso de los relatos historiográficos sobre el pasado y la propia autoconcepción de los pueblos.