Dos cordilleras en una sola guía, 5.000 km por las rutas más apasionantes por donde Europa exhibe mayor poder de atracción para quienes aman viajar en moto, esa maravillosa experiencia que empieza llenando el depósito de combustible, arrancar el motor y, nunca mejor dicho, carretera y manta. Seducidos por su portentosa belleza, enfrentados a sus permanentes desafíos, motoristas de todas las procedencias las toman como los lugares de peregrinaje donde cumplir con un antiguo rito. El col de Tourmalet en el Pirineo, o el passo delle Stelvio en los Alpes, los dos hitos más conocidos entre muchos otros, se han convertido, para varias generaciones de viajeros en moto, en una experiencia que otorga una especie de máster en motociclismo.