Cuando parecía difícil que pudiera decirse algo sustancialmente nuevo sobre la figura del cardenal Ángel Herrera Oria aparece esta biografía póstuma plagada de anécdotas desconocidas y que nos aporta jugosos datos narrados por un testigo directo, pero que además nos adentra en su personalidad, en su espiritualidad y en su vida cotidiana. Gracias a ella podremos conocer tanto anécdotas entrañables como aspectos desconocidos de la labor social y espiritual de Ángel Herrera en Santander, de su etapa episcopal, de su participación en el Concilio Vaticano II, etc. Esta biografía no es «una más», ya que está redactada por el sacerdote que fue secretario personal, confidente y amigo durante las dos últimas décadas de la vida del cardenal. No se trata pues, de un simple anecdotario, estamos ante una biografía testimonial de uno de los personajes más importantes de la vida social, política y eclesial de la España del siglo XX.