El protagonista de esta obra es el pintor español Hermen Anglada-Camarasa (1871-1959). La investigación que se desarrolla aquí se concentra en los veinte años que pasó en París (1894-1914) y busca hacer una reevaluación de su pintura y de su posición en la Historia del Arte. Para conseguirlo se centra tanto en el valor intrínseco del arte de Anglada como en su contribución indirecta al desarrollo de las vanguardias, especialmente por sus vínculos con diversos líderes culturales rusos y por su influencia en la evolución hacia la abstracción de Wassily Kandinsky.