Keka, hija y nieta de marinos, una mañana falta al instituto para acercarse al puerto a saludar a su padre, capitán del remolcador Antares y, de paso, ver a Abdú, el chico que le gusta. Al llegar, el barco está desierto. Decide subir a bordo, y se tumba en un camarote a esperarlos, pero se queda dormida. Cuando se quiere dar cuenta, el remolcador ha zarpado para rescatar a un pesquero a la deriva.