«Pienso que en la Antropología metafísica alcancé mi propio nivel, hacia el cual se habían esforzado sin proponérselo expresamente mis escritos anteriores. En este sentido, me pareció, tan pronto como lo escribí, el más mío, el que manifestaba mejor el sentido general de una obra muy extensa y dilatada ya durante treinta años. A su vez tuve la impresión de que explicaba todos los escritos anteriores, que deberían en adelante ser leídos desde éste como se ve algo desde una altitud adecuada.»