Aparece un cuerpo ensangrentado a las puertas del único hotel de Portolara. Todo parece reducir el suceso a un accidente laboral o a un suicido, pero su muerte encierra mucho más en un pequeño pueblo pesquero al que prácticamente la mayoría de sus habitantes se les relaciona con el narcotráfico. La encargada de la investigación abandonó esta villa enclavada en la Costa da Morte cuando era una cría. Apenas recuerda nada de aquel entonces. A medida que indaga en el pasado de la persona fallecida más se acerca a su infancia y a algo que los une, una vulgar estrella de mar.