Según unas leyendas, Aquiles caía mortalmente herido en combate a consecuencia de un flechazo del troyano Paris; según otras su propia madre lo rescataba de la muerte y lo llevaba a una isla solitaria… Partiendo de esta última hipótesis y haciendo burla a la conocida aporía, según la cual jamás el veloz guerrero alcanzaría a una tortuga, el autor se apoya en el binomio fantástico trenzado de encuentros y desencuentros entre el héroe griego y la tortuga de la fábula clásica para acabar construyendo un canto a la amistad