En una Europa sumida en la miseria que ha recobrado tradiciones clásicas como las luchas de gladiadores, Faith ha superado su entrenamiento en la escuela lanista y está empezando a despuntar por ser una de las pocas mujeres que sobreviven en un deporte dominado por hombres. Cuando la Federación la invita a participar en el famoso Torneo Crush, donde todos los combates se celebran a muerte, ella acepta con un único objetivo: sumar victorias para retornar a Asia y, así, vengarse del hombre que destruyó su vida.