Rodó creó una obra polivalente, de la que al paso del tiempo se ha desprendido una pluralidad de significaciones, mensajes y resonancias. Las reflexiones que se hacen en Ariel son sobre la juventud y sus atributos esenciales, el entusiasmo y la esperanza; la formación plena de la personalidad; la importancia y las funciones, social y humanizadora, de los valores estéticos; la necesaria purificación de la democracia, los errores que la desvirtúan y conducen a su negación. Ariel es una especie de manifiesto poético del idealismo esteticista e individualista del siglo XIX. Es un símbolo de orientación filosófica, y también un símbolo con sentido formativo.