Junto a una descripción de la génesis, desarrollo y transformación de la arquitectura románica durante cuatro siglos, el lector encontrará aquí, tras el relato de los progresos en la época de Carlomagno, la exposición de los avances que permitieron la creación de conjuntos conventuales de compleja organización y de grandes iglesias monásticas magníficamente articuladas. Este texto estudia la síntesis de formas tradicionales que tuvo lugar a lo largo del románico, cuya culminación fue la construcción de la abadía de Cluny. Se hace eco, igualmente, de los numerosos estilos regionales, algunos de ellos fruto del trabajo que las órdenes misioneras desarrollaron a medida que culminaban su expansión por España, Centroeuropa, Escandinavia y Oriente Medio.