Consciente de lo relativamente poco avanzados que están los estudios bizantinos, este texto encuadra el desarrollo de las artes en los acontecimientos fundamentales para ofrecer una imagen comprensible, aludiendo igualmente a los imprescindibles aspectos religiosos y litúrgicos, de otro modo tan enigmáticos para la mayoría de los lectores. Inicia su recorrido en el legado de los césares de Roma y los comienzos del arte paleocristiano hasta la fundación de Constantinopla. Después se adentra en el arte bizantino desde Justiniano hasta el triunfo de la ortodoxia y finalmente hasta la decadencia de la metrópoli.