Codicia. Avaricia. Tacañería. Mezquindad. Ansia insaciable. Ambición exagerada. Deseo incontrolado. El pecado capital de la avaricia tiene muchos nombres, se disfraza de muchas formas y causa los mismos estragos en todos los individuos y en todas las naciones. En este libro lúcido y apasionante, Phyllis A. Tickle aduce que la avaricia es «la matriarca del clan de los pecados capitales», el origen de la soberbia, la envidia, la gula, la lujuria y la ira. Demuestra que las religiones más importantes, desde el hinduismo hasta el cristianismo, pasando por el taoísmo y el budismo, consideran la avaricia como la mayor desgracia en la que pueden caer los seres humanos, la que engendra más pecados y aniquila todas las virtudes. Tickle adopta una perspectiva muy amplia de la avaricia, desde san Pablo hasta la actualidad, y se centra especialmente en las cambiantes e imaginativas representaciones de la avaricia en la literatura y el arte occidentales. Observando obras como la Psychomachia, o la «Batalla del alma», del poeta del siglo V Aurelio Prudencio Clemente, los cuadros de Peter Bruegel y de Hyeronimus Bosch, o la película de Oliver Stone Wall Street, Tickle describe cómo han evolucionado nuestras percepciones al respecto: la visión de la avaricia como un enemigo espiritual en la Edad Media, como una construcción sociológica en el siglo XIX, como una deficiencia psicológica a principios del siglo XX, y, en fin, como un misterio en la actualidad, convincentemente expresado en las pinturas místicas contemporáneas de Mario Donizetti, aquellas que muestran la avaricia como algo tan trágico como hermoso. Atractivo, ingenioso, extraordinariamente perspicaz, Avaricia explora toda la gama de las sutiles y camaleónicas características de este pecado capital y el enorme poder destructor que entraña, algo que queda demostrado con absoluta claridad en el mundo de hoy en día.