Isadora Duncan revolucionó el ballet del siglo XX y fue la precursora de la danza moderna. Mujer temperamental, transgresora y provocadora, aborrecía los convencionalismos y escandalizó a la sociedad de su época proclamando el amor libre y defendiendo fervorosamente el feminismo y el comunismo, a la vez que se relacionaba con las figuras más destacadas de la intelectualidad progresista del momento.