Las bebidas han cumplido a lo largo de la historia un importante papel social en el que sin duda destacan las relaciones de carácter comunitario que se articulan en torno a ellas. Su consumo tiene lugar en todas las culturas conocidas y posee una serie de reglas propias y significaciones al margen de su valor nutritivo, y los lugares en los que aquél se realiza lo son también de reunión y fomentan el compartir unos hábitos que fundamentan el sentido de pertenencia e identidad grupal. Luis Benito García Álvarez no se conforma con la simple descripción de las diferentes bebidas —bebidas de consumo masivo como el vino y la cerveza, en España y en el mundo, la sidra, los destilados, etc.—; bien al contrario proporciona las distintas perspectivas dentro de la historia social del ocio, que permitirán al lector iniciarse en la cultura material de las bebidas, sus espacios de consumo y las políticas del poder para intentar controlar las conductas sociales y las formas culturales asociadas a su consumo.