Enrique Iniesta es uno de los mayores conocedores de la vida y obra de Blas Infante, una sorprendete figura que fascina en su devenir personal e intelectual. Estamos ante el mejor libro acerca del Padre de la Patria andaluza. Cada página, con su suave aroma de papel, nos invitará, nos llamará. Contará su breve historia. Este libro habla en voz baja, susurrándonos al oído. Cuenta asuntos íntimos de don Blas -así le llamamos el lector y el libro-, sus acariciadas ilusiones y soñados sueños, y sus intentos frustrados en los que había puesto demasiado de sí. Nuestro don Blas es muy amigo de conversar posándote su mano en el antebrazo y mirándote el corazón o la frente. Te lo dice muy a ti. Habla de Andalucía. En este volumen encontraremos su muerte, pero antes la República, su papel de embajador de unos para los demás, sus éxitos y, eso, su sangre por el suelo. Su aventura ha sido aceleradamente interesante. Una experiencia que aconsejo: irse a Coria, a su Casa, sentarse en la placeta con este libro entre las manos. Leer allí. Se comprueba que el Río, enfrente, allí abajo, lleva la misma agua, el corazón iguales sentimientos. Y su ausencia.