Distinguir claramente en sentido moral lo bueno de lo malo y alcanzar por lo tanto la visión de su esencia ha sido siempre, pues, uno de los empeños de la filosofía y no otro es el objeto de este ensayo. En una época que, aunque ya no duerme, no acierta a despertar del imposible sueño nietzscheano de ver vivir al hombre más allá de lo bueno y de lo malo, este escrito de Reiner despejará la vista a los que quieren ver.