La obra sobre papel de Carreño de Miranda (1614-1685) se cuenta entre las más destacadas del XVII español, tanto por la marcada personalidad de su trazo como por el notable influjo que tuvo en los artistas activos en Madrid en la segunda mitad del siglo. La presente publicación aborda por primera vez el estudio sistemático de la producción gráfica del que fuera pintor de cámara de Carlos II, redefiniendo los límites de su corpus y analizando el papel del dibujo en las diferentes fases de su carrera, desde sus primeras obras de asunto sacro hasta su consagración como retratista de corte, sin olvidar la importante función que desempeñó como vehículo transmisor de ideas en su fecunda relación artística con Francisco Rizi. Con este fin, las hojas del asturiano se estudian en paralelo a las de artistas de su círculo, como Claudio Coello, Mateo Cerezo, Pedro Ruiz González y el ya citado Francisco Rizi. Los dibujos de Carreño de Miranda se caracterizan por su diestro manejo de los lápices, que empleó como si de pinceles se tratara, definiendo las formas mediante toques de color que se superponen y amalgaman. Por este motivo, su estudio invita a superar la visión tradicional que ha consagrado al artista como el pintor que ?en palabras de Unamuno? retrató «la austriaca decadencia de España», para redescubrir a través de sus hojas la luminosidad de su pintura religiosa y la riqueza de los proyectos decorativos en los que participó. Carreño de Miranda. Dibujos constituye el catálogo de la exposición del mismo título celebrada en la Biblioteca Nacional de España y comisariada por Cristina Agüero Carnerero, autora principal del volumen, que incluye un ensayo de Mark McDonald y fichas de Roberto Alonso Moral, Karin Hellwig, Eduardo Lamas-Delgado, Mark McDonald y Benito Navarrete Prieto.