El psicoanálisis introdujo un cambio radical en el modo en que el ser humano se piensa a sí mismo. Fue en la última década del siglo XIX cuando Sigmund Freud elaboró sus represen- taciones teóricas: sus pacientes neuróticos no padecían de lesiones cerebrales ni de una debilidad nerviosa constitucional, sino de reminiscencias que los métodos tradicionales de la . medicina organicista no podían remover. Revolucionó la relación médico-paciente tradi- cional; hizo de los enfermos interlocutores de pleno derecho en el diálogo de indagación analítico-terapéutica. A golpes de su propio malestar neurótico, acrisoló su ocasional obser- vación de sí en un autoanálisis sistemático, ejercido con implacable disciplina, en el que pronto reconoció el necesario interludio para sus investigaciones. Existe un documento único que, como un cuaderno de bitácora, registra el dramático proceso de la indagación, las tribulaciones del autoanálisis, y también la hermosura intelectual del trabajo y la felicidad de los grandes descubrimientos: las cartas de Freud a Wilhelm Fliess, con quien mantuvo en esos años la amistad más íntima de su vida. Con el título Aus den Anfängen der Psychoanalyse, en 1950 apareció en Londres una se- lección de esas cartas. Ahora, en una nueva edición, presentamos la esperada versión com- pleta, que incluye las cartas omitidas en 1950 junto con los fragmentos de cartas que no se publicaron entonces. El psicoanalista norteamericano Jeffrey Moussaieff Masson ha sido el editor de la obra. El sociólogo e historiador de Berlín Michael Schröter elaboró el riquísimo y exhaustivo aparato editorial para la versión original en alemán; ha introducido también los sustanciales comentarios que compuso Ernst Kris para la edición incompleta de 1950. La confiabilidad del texto en alemán está garantizada por el historiador de medicina de Tubinga, profesor Gerhard Fichtner. La presente versión en castellano, traducida del alemán, incluye este aparato crítico para un documento invalorable, en el cual el descubrimiento del psicoanálisis se desenvuelve con los acentos dramáticos de una relación humana personal.