Género policíaco y misterio



TANTOS LOBOS (SILVA, LORENZO)

Cuatro nuevos casos del popular subteniente Bevilacqua y su ayudante Chamorro. Esta vez, nuestros protagonistas se verán obligados a centrar sus miradas en la cara más oscura que la vida moderna ha traído o ha acentuado. Cada uno de los crímenes a los que se enfrentan refleja los peligros a los que nuestros niños y jóvenes están expuestos cada día: las redes sociales, el acoso escolar o el auge de la violencia de género entre parejas jóvenes. Con su prosa siempre trepidante, Lorenzo Silva nos muestra que el mundo está cambiando, y que en ocasiones la vida nos enfrenta a amenazas que antes no se preveían o que creíamos superadas. Con su peculiar estilo de investigación, el subteniente Bevilacqua, con la ayuda inestimable de Chamorro, investigará unos crímenes espeluznantes con algo en común: todas las víctimas son niñas o adolescentes.

EL ÚLTIMO BARCO (VILLAR, DOMINGO)

UN NUEVO CASO PARA EL INSPECTOR LEO CALDAS. La hija del doctor Andrade vive en una casa pintada de azul, en un lugar donde las playas de olas mansas contrastan con el bullicio de la otra orilla. Allí las mariscadoras rastrillan la arena, los marineros lanzan sus aparejos al agua y quienes van a trabajar a la ciudad esperan en el muelle la llegada del barco que cruza cada media hora la ría de Vigo. Una mañana de otoño, mientras la costa gallega se recupera de los estragos de un temporal, el inspector Caldas recibe la visita de un hombre alarmado por la ausencia de su hija, que no se presentó a una comida familiar el fin de semana ni acudió el lunes a impartir su clase de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios. Y aunque nada parezca haber alterado la casa ni la vida de Mónica Andrade, Leo Caldas pronto comprobará que, en la vida como en el mar, la más apacible de las superficies puede ocultar un fondo oscuro de devastadoras corrientes. «Domingo Villar aparece vinculado a uno de los fenómenos editoriales más destacados de estos últimos años... Pero ¿cuál es su secreto? Sin duda la creación de un mundo propio dentro de la novela negra; un mundo con su tiempo y espacio determinados, laberintos y misterios, que provoca en el lector que lo descubre el placer por habitarlo. Es como degustar el aroma de un vino nuevo fermentado en la bodega de la mejor literatura de intriga». El País