No sabemos el momento exacto en que MIGUEL DE CERVANTES empezó la redacción de DON QUIJOTE DE LA MANCHA, aunque es muy posible que se gestara en 1597, cuando el novelista pasó una temporada en la cárcel de Sevilla. Para crear su obra, Cervantes pudo tener en cuenta muchas fuentes de inspiración (como una breve obrita de teatro anónima titulada el Entremés de los romances, o el poema épico-caballeresco Orlando Furioso, de Ludovico Ariosto, etc.).