El 10 de septiembre de 1990, la joven médico de Gares, Begoña García Arandigoyen, Alba, resultaba herida de bala durante un enfrentamiento entre una patrulla de las Fuerzas Armadas de El Salvador y una columna de la guerrilla Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN). Según la versión oficial, la brigadista vasca murió a consecuencia del cruce de disparos entre ambos. Sin embargo, la realidad fue otra: Alba fue herida, y capturada viva por los militares salvadoreños. Después, fue violada, torturada y ejecutada con un tiro en la nuca. La joven formaba parte del personal sanitario de aquella columna guerrillera que fue acribillada a tiros en los cafetales de las faldas del volcán de Santa Ana.