Cuando estalló la guerra, a Encarnació, que por entonces era una niña, le pareció que todo lo que estaba sucediendo era tan importante que debía reflejarlo por escrito. Esas páginas permanecieron ocultas en un cajón de su casa del barrio de Horta durante más de setenta años, hasta que por fin han salido a la luz. La pequeña Encarnació plasmaría con gran lucidez y penetrante capacidad de observación aquellos terribles acontecimientos que le arrebataron la infancia y la adolescencia.