Colón descubrió América en 1492 y cincuenta años después inmensas extensiones del continente, además de parte del Pacífico, formaban parte de la Corona española. Todo ello gracias a un puñado de hombres de increíble valor que se aventuraron por lugares inhóspitos, entre pueblos a veces amigos pero con frecuencia hostiles, entre plantas y animales desconocidos y a menudo venenosos, pagando con un considerable rastro de sangre. Esta es su epopeya.