Cuando el profesor Chad Orzel fue a la perrera a adoptar a un perro, nunca imaginó que encontraría a Emmy. Además de ser una perrita simpática que necesitaba un hogar, descubrió que era muy parlanchina y que tenía mucha curiosidad por saber cómo se ganaba la vida su nuevo dueño y cómo podía sacarle partido. Al poco tiempo, Emmy intentó aplicar las extrañas ideas de la mecánica cuántica a lo que de verdad importa en la vida: perseguir bichos, conseguir golosinas y dar paseos. Derrochando humor y claridad, Chad Orzel explica a Emmy y a los lectores qué es la mecánica cuántica, cómo funciona y por qué sigue siendo extraña, sorprendente e importante para cualquier perro o humano aunque no pueda usarse para cazar ardillas o comer carne.