La correspondencia entre Descartes e Isabel de Bohemia se extiende durante los últimos seis años de vida del pensador francés, en los que, en posesión ya de su sistema filosófico debe dedicarse a defenderlo, aclararlo y ampliarlo. En este proceso haya en la joven princesa una corresponsal inteligente, aguda y sensible que le obligará a precisar las razones y el alcance de algunas de sus tesis más importantes.