De la mano de varios personajes que se entrecruzan a lo largo de toda la obra, con una prosa más depurada que nunca, Lucía Etxebarria trenza amores y destinos entre los habitantes de uno de los barrios más representativos de Madrid, Lavapiés. La autora dibuja un fresco sobre la inmigración, la pluralidad étnica y la lucha diaria, entre la modernidad y la miseria, por salir adelante.