En la primera edición polaca de este libro, aparecida en 1975, decía el propio autor: «Poco después de la muerte del Che Guevara, el pintor revolucionario argentino Carlos Alonso pintó un cuadro que inmediatamente se hizo famoso en toda América Latina, una figura de Cristo con un fusil al hombro. El cuadro de Alonso se ha convertido desde entonces en el símbolo artístico del guerrillero, del hombre que combate la violencia y la arbitrariedad en su lucha por un mundo diferente, justo y bueno con todos los seres humanos.» En rigor, no fue Ernesto Guevara sino el sacerdote Camilo Torres, abatido a tiros arma en mano, quien había hecho de prototipo de la figura de Cristo con un fusil. Pero sólo la muerte del Che dio comienzo a la leyenda que inspiró a los jóvenes rebeldes de los países del Sur, desangrados por unos regímenes atroces y genocidas. Precisamente a ellos, a los que lucharon por la libertad de sus países y congéneres ?ya en Oriente Medio, ya en América Latina, ya en Mozambique?, están dedicados los reportajes reunidos en este volumen.