Pío Baroja, uno de los grandes escritores del siglo, melancólico, mordaz y entretenidísimo, puso no menos talento que en sus novelas en esas narraciones breves que son además un concentrado de sus virtudes narrativas. Todos estos relatos son capítulos de esa particular historia de España que pintó Baroja, con trazos seguros y apasionados, convencido de que la mayor higiene sería convertir lo lúgubre en grotesco.