Desde la óptica sanitaria y social, deben garantizar la calidad de vida de los ancianos residentes de un área sectorizada, proporcionando respuestas adecuadas a las diferentes situaciones de enfermedad o de dificultad social que aquellos presenten. El objetivo principal es conseguir que el anciano permanezca, o se reintegre, en su domicilio habitual en suficientes condiciones de bienestar (físico, funcional, psíquico y social) y seguridad.