¿Qué puede ocurrir cuando un juglar, un hombre de teatro, un tipo anárquico que aspira a ser rebelde y subversivo, se enfrenta a la política planteada en torno a los medios de comunicación y entendida únicamente como manipulación de la opinión pública? Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. O tal vez no. En noviembre del año 2000, la revista Diario puso en juego una hipótesis revolucionaria: Dario Fo candidato a Alcalde de Milán. Esta atrevida iniciativa, que creó un enorme revuelo al que sucedieron entrevistas, declaraciones e incluso un Manifiesto, terminó poco después con la retirada de la supuesta candidatura de Dario Fo. Hasta aquí los hechos reales. El resto es pura especulación. Una sátira.