En este ensayo encontramos que Carpentier, descubre lo real maravilloso durante su permanencia en Haití, que va a ser decisivo en la conformación de su pensamiento sobre la cultura y la literatura latinoamericana. Considera que es privilegio de la América entera, donde todavía no se ha terminado de establecer, por ejemplo, un recuento de cosmogonías. Lo real maravilloso se encuentra en cada paso en las vidas de hombres que inscribieron fechas en la historia del continente y dejaron apellidos aún llevados: desde los buscadores de la fuente de la eterna juventud, hasta ciertos rebeldes de la primera hora o ciertos héroes modernos de nuestras guerras de independencia; de los bailes de la santería cubana o la versión negroide de la fiesta del Corpus, que aún puede verse en el pueblo de San Francisco de Yare, en Venezuela.